Lo que tu escojas refleja a quién escoges, refleja donde está tu confianza y lealtad: si en Dios o en el mundo. Decidir escoger lo mejor de Dios y lo mejor del mundo, al final es escoger al mundo.
En Cristo, nosotros somos descendientes de Abraham, el pueblo de Dios y por lo tanto, aunque el mundo nos seduzca constantemente y de diferentes formas, debemos escoger ser leales a Dios y confiar que nuestra bendición viene solo de Él.
De quien esperas ser bendecido y recibir cosas es que de quien dependes y en quien pones tu confianza y lealtad. Por lo tanto, en un mundo que te seduce constantemente y de diferentes formas, escoge ser leal a Dios
¿Por qué es fácil su yugo y carga? Porque la voluntad del Señor, las enseñanzas en su palabra son fáciles en contraste con el yugo pesado del pecado y de la religión. Solo Él puede darnos verdadero descanso para nuestras almas.
El pecado puede ser placentero, pero nunca trae la verdadera felicidad. Todos los días nos enfrentaremos a la tentación más grande del cristiano y es dudar de la Palabra de Dios.
l final Dios confundió sus lenguas para que se dispersarán cumpliendo así su propósito. Esto nos deja una enseñanza: debemos evitar ser como los hombres en tiempo de Babel,
Dios ha puesto un canto nuevo, un canto de alabanza al nombre de Dios. Este canto es la expresión de nuestra satisfacción en Dios, y notemos que será visto por aquellos que nos rodean de tal manera que temerán y confiarán en el Señor.
Podemos afirmar que Jesús es nuestro cántico nuevo, y esto nos da la seguridad que en medio de las diferentes pruebas y dificultades a las que nos enfrentamos, nuestro corazón siempre encuentra paz y gozo en Jesús