Todos pecamos

¿Pecamos? ¿Tú Pecas? ¿peco yo? ¡Claro que pecamos todos! Lo confirma la Biblia. Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. La Biblia nos dice que todos pecamos y que el resultado de eso es que estamos fuera, reprobados, destituidos de la misma gloria de Dios. El pecado es todo acto, pensamiento, intención, razón, que el hombre hace y que ofende la santidad de Dios. Todos los días queremos revelarnos ante ese Dios Santo.

Nuestros pecados ofenden a Dios, deteriora nuestra comunión con Él y al mismo tiempo el testimonio y vida de la iglesia. Hermanos, personalmente he cometido muchos pecados en mi vida y ninguno de ellos me ha hecho feliz, ninguno ha agregado ni una centésima de felicidad a mi ser, jamás lo ha hecho. Al contrario, el pecado le ha dado a mi vida abundancia de infelicidad y tristeza.

Me asombro cuando veo a los famosos artistas o gente “poderosa” que en entrevistas de televisión, diarios y revistas dicen tener una fantasía: “que, si pudieran vivir sus vidas de nuevo, no harían nada diferente, lucharían por volver a ser lo que son”. Que necedad la del hombre, no existen otras vidas y oportunidades. Sin embargo, siguiendo con esa misma idea, pienso que existen una cantidad de cosas que me encantaría hacer de nuevo, pero también pienso que tendría la oportunidad de volver a pecar y quizá aun de la peor manera. Es posible que con una segunda oportunidad yo cometería los mismos pecados y aun muchos peores.

Hermanos, el pecado no me trajo ni me traída felicidad, aunque me ha dado placer, y al decir esto inmediatamente pensamos en el “sexo”, pero no solo es eso.  A todos nos gusta el placer y yo aún me siento muy atraído a eso. El placer puede ser muy satisfactorio, y no todos son pecaminosos. Se puede encontrar mucho placer en la justicia, en los logros personales, en un buen asado, en tomarnos una soda, un buen café con pan dulce, etc. Pero aún sigue la diferencia entre el placer y el verdadero gozo.

El pecado puede ser placentero, pero nunca trae la verdadera felicidad. Todos los días nos enfrentaremos a la tentación más grande del cristiano y es dudar de la Palabra de Dios. El pecado nos lleva a encontrar razonamientos válidos solo a nuestra perspectiva, de lo que dicen las Santas Escrituras acerca de lo que nos da placer y felicidad. Todos los días usted y yo pecaremos, pero recuerde Cristo venció el pecado en la cruz, y esa es nuestra victoria como creyentes. ¿Pecó este día? Vaya una vez más a Cristo y pida perdón, no se esconda de Dios, no deje de congregarse y de discipularse ¿Pecaremos el día de mañana? Lo más seguro que sí, pero recuerde que su muerte fue el pago para que usted y yo pudiéramos ser perdonados, ser adoptados como sus hijos y vivir diariamente para su gloria.