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Escogiendo a Dios, rechazando al mundo Reflexionado en Génesis 14 - Parte II

lunes, noviembre 30, 2020
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Artículo | Escogiendo a Dios, rechazando al mundo  Reflexionado en Génesis 14 - Parte II
Pastor David Salgado
Pastor David Salgado
Pastor Asociado a cargo de Ministerios de Familia

Tras la victoria de Abram sobre el ejército liderado por el rey de Elam dos reyes salen al encuentro de Abram: Bera, el rey de Sodoma y Melquisedec, el rey de Salem. Los dos reyes representan dos tipos diferentes de monarquía.

-     El rey de Sodoma representa la noción de que uno adquiere bienes y gobierna por poder. Era un gobernante que usaba su posición para engrandecerse a sí mismo.

-     Melquisedec, rey de Salem, representa un tipo diferente de monarquía. Él reconoce a un Dios supremo que es Creador y dueño de todo. Por lo tanto, reconoce la soberanía del Dios Altísimo. Él es un sirviente del Dios Altísimo; su reinado se basa en la adoración a Dios.

La pregunta es: ¿a quién escogerá Abram? ¿Con qué rey se identificará? Leamos Génesis 14:17-20: A su regreso después de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, salió a su encuentro el rey de Sodoma en el valle de Save, es decir, el valle del Rey. 18 Y Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote del Dios Altísimo. 19 Él lo bendijo, diciendo:

«Bendito sea Abram del Dios Altísimo,
Creador del cielo y de la tierra;

20 Y bendito sea el Dios Altísimo
Que entregó a tus enemigos en tu mano».

Y Abram le dio el diezmo de todo.

Hay varias cosas que debemos resaltar de este pasaje:

-     Primero, el nombre Melquisedec está relacionado con las palabras hebreas para rey (melek) y justicia (zedek), aludiendo a su carácter santo y fidelidad a Dios. Además, Salem es un nombre antiguo para la ciudad de Jerusalén y está relacionado con el término hebreo para paz (shalom). Por eso el Nuevo Testamento dice que su “nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz” (Hebreos 7:2). Nosotros, los hijos de Dios conocemos al mejor y más grande rey de paz y justicia: Jesucristo.

-     Segundo, las ofrendas de pan y vino a Abram (Génesis 14:18) revelan la gran generosidad de Melquisedec. En una época en la que solo los reyes comían una dieta regular de pan y vino, la distribución de panes y el vino a Abram era una expresión que el rey de Salem generosamente estaba cuidando de Abram. Así, Cristo nuestro rey de paz y de justicia cuida generosamente de nosotros cada día de nuestras vidas.

-     Tercero, Melquisedec incorpora los oficios de profeta, sacerdote y rey en su vida. Él es "rey de Salem”, "sacerdote del Dios Altísimo” y como profeta le habla la palabra del Señor a Abram cuando lo bendice(vv. 19–20a). Para nosotros hoy Cristo es nuestro perfecto profeta, sacerdote y rey. La bendición para el hijo de Dios viene solo de Jesucristo, nuestro rey y sumo sacerdote perfecto, poderoso para salvar para siempre.

-     Por último, vemos que Abraham ofreció sus diezmos, es decir la décima parte del botín, a Melquisedec. De esta manera Abraham estaba reconociendo, delante del rey de Sodoma y de los habitantes de esa región, el rol sacerdotal de Melquisedec y su plena sumisión a Dios. Así mismo nosotros, debemos escoger dar nuestra vida a Jesucristo para que el mundo entero sepa que Él es el rey al que nos sometemos y adoramos.

Después de esto leemos en Génesis14:21-24 (NTV): “El rey de Sodoma le dijo a Abram: Devuélveme a mi pueblo, el cual fue capturado; pero puedes quedarte con todos los bienes que recuperaste. 22 Abram le respondió al rey de Sodoma: Juro solemnemente ante el Señor, Dios Altísimo, Creador de los cielos y la tierra, 23 que no tomaré nada de lo que a ti te pertenece, ni un simple hilo ni la correa de una sandalia. De otro modo, podrías decir: “Yo soy quien enriqueció a Abram”.”

Abram reconoció que el Dios Altísimo es el SEÑOR y, por lo tanto, rechazó aceptar cualquier cosa del Rey de Sodoma, porque su bendición solo procedería de Dios y no del mundo.

Y tú, ¿qué harás? ¿Qué escogerás? ¿A quién escoges: a Dios o al mundo? ¿De quién esperas bendición: de Dios o del mundo? ¿Para quién vivirás: para Dios o para el mundo? ¿A quién te someterás: a Dios o al mundo? ¿A quién servirás: a Dios o al mundo?

De quien esperas ser bendecido y recibir cosas es que de quien dependes y en quien pones tu confianza y lealtad. Por lo tanto, en un mundo que te seduce constantemente y de diferentes formas, escoge ser leal a Dios y confiar que tu bendición viene solo de Él.


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Pastor David Salgado