1Pedro 4:7a y 8: Pero el fin de todas las cosas se acerca… 8 Sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.
Conscientes que estamos en final de los tiempos debemos amarnos unos a otros con amor ferviente. Pero, ¿por qué amarnos así? Porque el amor cubre multitud de pecados. Esto quiere decir que cuando el amor abunda, las ofensas (pequeñas y grandes) se pasan por alto y se olvidan. Pero cuando no hay amor, cada palabra se ve con sospecha, cada acción con mal entendido y eso produce malicia (fijarse solo en lo malo) y rencor.
¿Cómo estás amando a tus hermanos, a los demás cristianos? ¿Estás amando fervientemente o fríamente; o peor aún, no estás amando a los demás?
Reflexiona, ¿cómo eres en tus relaciones con los no cristianos? ¿Les toleras las cosas, pasas por alto sus ofensas? ¿Haces eso con ellos, pero no con tus hermanos en la iglesia? Eso muestra dos cosas. Primero, porque te interesa quedar bien y no tener conflictos con las gente del mundo, porque temes qué pensarán y dirán de ti. Pero también muestra que realmente no has entendido el amor que te une a tus hermanos de la iglesia.
“El amor cubre multitud de pecados”. La mayor realidad de esto fue en el sacrificio expiatorio de Cristo, que cubrió nuestro pecado para que, siendo reconciliados con Dios, pudiéramos tener comunión y una relación correcta con Dios.
¿Estás amando a tus hermanos con la consciencia de que los une el amor de Cristo quien cubrió no solo tus pecados, sino los de tus hermanos? ese amor de Cristo que cubre multitud de pecados es la base de nuestras relaciones con nuestros hermanos. Ese mismo amor se debe mostrar en nuestras relaciones con los creyentes por medio del perdón, la gracia y verdad vivida en la confrontación y el soportarse los unos a los otros (leer Colosenses 3:13).
Solo así podrás relacionarte con gracia, verdad, perdón, amor, humildad. Sabiendo que el otro va a fallar, que pecará contra ti, pero sabiendo que lo amarás cuando falle, porque Cristo te amo primero. Como preguntaba John Piper en un escrito: ¿Cubriremos, sostendremos y soportaremos nuestras fallas y debilidades o la ira y el rencor dominarán nuestros corazones?