Muchas veces nos encontramos con dificultades para mantener una relación personal con alguna que otra persona dentro de nuestas iglesia, a veces estas llegan a afectar nuestro servicio en algún ministerio y hasta podría llegar a trascender a más.
Considero que esto es así, debido a que no tenemos una perspectiva bíblica de nuestras relaciones, solemos culpar el comportamiento, carácter y forma de pensar de nuestro hermano y muy poco nos evaluamos a nosotros mismos y sobre todo, no tenemos en mente principios bíblicos para nuestras relaciones.
Lo primero que debemos tener claro es lo que nos dice Santiago 4:1 ¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros?, así que la razón principal por la cuál es difícil mantener las relaciones es por el pecado, tanto el nuestro y el de nuestro hermano, no es tanto por la incompatibilidad entre ambos.
A esto anterior quiero agregar lo que nos dice Colosenses 3:12-13 : 12 Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Debemos ser personas que amamos a nuestros hermanos y estar dispuestos a soportarlos así como Cristo nos ama y perdona todo el tiempo a pesar de nuestra terquedad ¿por qué deberíamos ser tan poco misericordiosos con nuestros hermanos?
Y por ultimo también consideramos lo que nos dice Gálatas 6:7: No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Seamos personas que sembremos correctamente porque así cosecharemos. Vivamos mostrando amor por nuestros hermanos, sabiendo que Dios juzgará nuestros corazones. Procuremos glorificar a Dios con nuestras relaciones.
Pastor Asociado a cargo del Ministerio de Alabanza