Sirviendo a Dios

 Hechos 20:19 sirviendo al Señor con toda humildad, y con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los judíos

 Una vida de servicio a Dios es algo que no debe estar en duda en la vida de un cristiano, es parte de lo que nos caracteriza. Sin embargo, aunque este tema es algo que el creyente entiende y aprende rápidamente al ser alcanzado por la gracia de Dios para salvación, el pecado que esta inherentemente en nuestra vida hace que no sea desarrollado de manera bíblica, se termina viviendo a Dios como la persona quiere y no como la biblia lo ordena, veamos como Pablo describe su servicio a Dios en Hechos

Hechos 20:17-18 menciona que Pablo mando a llamar a los ancianos de la iglesia y para comentarle como había sido su servicio a ellos desde el primer día que estuvo en Asia, y el verso 19 nos muestra algunas de las formas en las que le sirvió

Lo primero que menciona es la humildad, Pablo habla llegado y predicado el evangelio de manera que se había vuelto como su pastor, él se miraba a sí mismo como un servidor de sus hermanos, pero sobre todo como alguien que está totalmente bajo la autoridad de Dios. 

Luego menciona que lo ha hecho con lágrimas, esto nos lleva a pensar que durante todo su tiempo sirviendo a Dios lo ha hecho sin importar el haber sufrido dolor físico, emocional, frustraciones etc., pero también las lágrimas pueden ser derramadas por grandes alegrías, el hecho de que mencione que ha sido con lágrimas nos lleva a ver su entrega total a Dios y sus hermanos. 

Pero también durante su ministerio sufrió muchas pruebas, sabemos que Pablo tuvo muchas pruebas, pero aquí está diciendo que la causa de sus pruebas era por las intrigas de los judíos, esto es referencia a todas las veces que por predicar el evangelio había sido perseguido, los judíos constantemente buscaban cualquier ocasión para culparle frente a las autoridades, pero esto nunca lo detuvo de realizar su ministerio.

Cada una de estas cosas que se mencionan en este pasaje deben estar presentes en nuestra vida de adoración a Dios, debemos estar conscientes de que le pertenecemos a Dios y nos debemos a Él por cuanto nos ha salvado, debemos tener una entrega profunda de corazón, pero también estar claros que seremos probados todo el tiempo.