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Artículos | Pastor Javier Domínguez

Los cinco grandes desafíos de la mujer cristiana

miércoles, marzo 8, 2023
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Artículo | Los cinco grandes desafíos de la mujer cristiana
Pastor Javier Domínguez
Pastor Javier Domínguez
Pastor General y Fundador

La mujer cristiana vive en un mundo complejo y cambiante que le plantea una serie de desafíos específicos para su fe y su testimonio. Estos desafíos pueden poner a prueba su compromiso con Cristo y su capacidad para vivir según sus principios bíblicos. En este artículo, vamos a analizar cinco de estos desafíos y a ofrecer algunas claves para superarlos con éxito a la luz brillante del evangelio.

 

  1. La presión cultural: El mundo secular ejerce una gran influencia sobre la mujer cristiana, la cual puede sentirse presionada a adaptarse a sus normas y valores. Esto puede incluir presiones para adoptar prácticas sexuales promiscuas “sin ataduras”, aceptar el aborto, o seguir un modelo de vida que va en contra de la enseñanza bíblica. Para resistir esta presión cultural, Dios ha provisto a la mujer del evangelio, para que mediante la renovación permanente de su mente pueda comprobar que la voluntad de Dios para ella es buena cada día, agradable más que cualquier otra cosa y perfecta para su desarrollo como mujer virtuosa.
  2. La tentación del individualismo: La sociedad actual fomenta el individualismo, es decir, la tendencia a priorizar los intereses personales por encima de los demás. Esto puede llevar a la mujer cristiana a buscar su propia realización personal y su éxito profesional sin tener en cuenta el llamado de Dios de adorarle, servirle y amarle con todo su ser. Para evitar caer en el individualismo, Dios ha provisto a la mujer cristiana de dos soportes de gracia para superar esta tentación: su iglesia local y su evangelio. A través de su comunidad local, la mujer se verá muy motivada a usar los dones que Dios le ha dado para servir a otros y ser servida por otros (1Cor 10:24). Ahí encontrará refugio y ánimo en momentos de dificultad. Así mismo, a través de la Palabra Escrita predicada, cultivará una relación cada vez más íntima con Dios por medio de su evangelio, glorificando así a Dios en unidad y comunión con su iglesia local.
  3. Las expectativas culturales y sociales: La mujer cristiana se enfrenta a menudo a expectativas culturales y sociales sobre su rol y su lugar en la sociedad. A diario vemos foros, blogs, podcast, noticias e iniciativas al respecto; pero estas expectativas, que pueden tener buenas intenciones, también pueden estar en conflicto con la enseñanza bíblica respecto a lo que Dios ha diseñado para ella. Esto puede incluir la presión para enfocarse exclusivamente en la carrera profesional, para abandonar su papel como madre y esposa, o para renunciar a los principios bíblicos sobre la sexualidad y la moralidad. Para superar estas expectativas culturales y sociales, la mujer cristiana necesita basar su identidad y su valor en lo que Dios dice de ella y no en lo que dice el mundo, por eso Dios ha provisto de la esperanza del evangelio, para que cimentada en la fe en Cristo, tenga una vida estable, satisfactoria, plena de gozo y esperanza en la eternidad (Col. 1:21-23; Prov 31)
  4. La tensión entre el amor y la verdad: ¿cómo mostrar amor a las demás personas sin renunciar a la verdad bíblica? La mujer cristiana se encuentra muchas veces ante situaciones donde tiene que mostrar amor sin comprometer la verdad bíblica o defender la verdad bíblica sin dejar de mostrar amor. Esto puede ocurrir cuando tiene que relacionarse con personas que practican estilos de vida o valores contrarios a los principios bíblicos, por ejemplo, personas homosexuales, ateas, que viven en libertinaje sexual, hombres que manifiestan una conducta de acoso, personas hostiles ante el cristianismo, entre otras. Para manejar esta tensión entre el amor y la verdad, la mujer cristiana necesita tener un equilibrio entre ambos aspectos, sin caer ni en el legalismo ni en el relativismo, así como tampoco en el silencio o el miedo. Además, necesita tener una actitud de humildad, respeto y compasión hacia los demás, sin dejar de proclamar el evangelio con claridad y convicción. ¿Dónde toma las fuerzas para ello? En el evangelio, “Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.” (Efe 4:15)
  5. La lucha contra el pecado: En conclusión, sea cual sea la tentación que enfrente, la duda de toda hija de Dios será ¿Cómo vencer el pecado y la tentación en la vida diaria?  Esto puede incluir tentaciones relacionadas con el orgullo, la codicia, la ira, la mentira, el chisme, la idolatría o la inmoralidad sexual. Para vencer esta lucha contra el pecado, Dios ha dado su evangelio a la mujer cristiana, recordándole cada día su perdón y gracia divina: “¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!” (1Co 15:57). En Cristo la mujer no solo recibe el poder para enfrentar las dificultades, así como para resistir o huir de la tentación, sino también el arrepentimiento, en plena confianza y seguridad de que sus pecados ya han sido perdonados en Cristo. Además, tiene a su disposición la ayuda y el apoyo de otras mujeres cristianas que puedan orar por ella y aconsejarla, así como el amor y la bondad de toda su iglesia local.

 

Estos son solo algunos de los desafíos que la mujer cristiana enfrenta en el siglo XXI. No son fáciles de superar, pero por gracia de Dios, tampoco son imposibles. Recordemos que el valor, el propósito y el rol de la mujer no lo define la cultura, la moda o los blogs…sino que lo ha definido el que la creó como mujer, el que definió la hermosura, la dignidad y el valor de la feminidad bíblica ¡nuestro Señor Jesucristo! Y para que pueda vivir plenamente este diseño de Dios para la mujer, Él la ha bendecido con su familia cristiana, una iglesia local y por supuesto, con el ¡glorioso evangelio de Cristo Jesús!


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Pastor Javier Domínguez

Pastor General y Fundador de Iglesia Gracia Sobre Gracia; Fundador y Presidente de Fundación Véritas. Inició su vida ministerial en 2000 como pastor de Jóvenes, teniendo en la actualidad 19 años de ministerio pastoral. Está casado desde hace 20 años con Geraldina de Domínguez y es padre de 3 hijos.