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¿Cómo la cultura materialista se ha robado la Navidad?

lunes, diciembre 7, 2020
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Artículo | ¿Cómo la cultura materialista se ha robado la Navidad?
Pastor David Salgado
Pastor David Salgado
Pastor Asociado a cargo de Ministerios de Familia

¡El Grinch odiaba la Navidad! ¡Toda la temporada!

No me preguntéis por qué. No había razón justificada.

Tal vez tuviera un tornillo mal ajustado.

Tal vez llevara un zapato demasiado apretado.

Aunque yo creo que el verdadero motivo 

es que tenía el corazón dos tallas encogido.

[…] Debía evitar que llegara la Navidad. Fuera como fuera.

 

¡Entonces se le ocurrió una idea!

¡Una idea espantosa!

¡AL GRINCH SE LE OCURRIÓ UNA IDEA MARAVILLOSA Y ESPANTOSA![1]

Es muy común que fuera de las iglesias cristianas haya personajes que detesten y tergiversen la Navidad mezclándola con el materialismo o atacándola con su escepticismo. Pero también dentro de las iglesias cristianas hay personajes que buscan “robarse la Navidad” con su religiosidad legalista o por no saber lo suficiente al respecto.

A través de este artículo quiero persuadirlo de lo siguiente: En medio de la cultura materialista que nos rodea celebrar la Navidad como cristianos es proclamar al mundo que solo hay un Salvador, Jesucristo, y que solo Él es Señor.

¿Cómo la cultura materialista se ha robado la navidad? Cuando habló de materialismo me refiero a la actitud de la persona que da excesivo valor a las cosas materiales, como el dinero o las propiedades.

Esto hace que en muchos se genere ansiedad en estas fechas… ansiedad por comprar, por tener, por disfrutar, por satisfacerse de diferentes maneras. Y aún a los cristianos, en estas fechas sobre todo, nos cuesta trabajo escuchar a Jesús decir: «Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?» (Mat. 6:25). Acerca de nuestras necesidades materiales Jesús dijo: «Porque los paganos andan tras todas estas cosas» (Mat. 6:32), y a veces nosotros no somos muy diferentes.

E incluso muchos caen en contradicción: porque por un lado su pensamiento religioso les dice que navidad es una celebración pagana. Pero, por otro lado se comportan como paganos al vivir con la ansiedad de tener, comprar, etc.

Para otros el enfoque quizás no sea las compras, pero sí las experiencias que se obtienen en navidad. Sobre todo las experiencias familiares. Quiero aclarar que no tiene nada de malo, al contrario, es bueno pasar momentos en familia… Pero es mejor hacerlo con un propósito definido.

Pero, aún cuando buscamos pasar la Navidad en familia regularmente el consumismo está muy presente: tiene que haber una buena comida, con postres, bebidas, etc.; también debe haber entretenimiento; para muchos no puede faltar la decoración; y, para algunos el intercambio de regalos es muy importante… Todo esto hace, aunque no lo queramos, que navidad sea un tiempo de comercio.

Y nuevamente aclaro que no veo nada de malo en la celebración, decoración... Pero todo esto es mejor hacerlo con un propósito y motivación correcta: con el objetivo de que cada cosa que hagamos y compartamos sea para dar gloria a Dios.

Por ejemplo, me hicieron una pregunta respecto a la navidad: “¿Es malo dar regalos?” Y para responderla quiero citar a R.C. Sproul: “Por supuesto, Navidad es un tiempo de comercio. Las tiendas están decoradas hasta el techo, la publicidad en los periódicos doblan su tamaño, y nosotros contamos los días de compras que quedan hasta Navidad. ¿Pero porque todo el comercio? El mayor grado de comercio en Navidad es guiado por una cosa: comprar regalos a otros. El presentar a nuestros amigos y familiares con un regalo que no es feo. Encarna el amorfo espíritus de Navidad. La tradición descansa en última instancia en el supremo regalo que Dios ha dado al mundo. Dios amó tanto al mundo, dice la Biblia, que ha dado a Su unigénito Hijo. El dar regalos es una maravillosa respuesta al recibir tal regalo. Por un día al año pro lo menos, probamos la dulzura inherente a la verdad que es más bendecido dar que recibir.” (R.C. Sproul, No seas un Scrooge en esta Navidad, ligonier.org, 24 de diciembre de 2014)

Esta es una forma, en como podemos redimir (rescatar) y darle otro sentido a lo que ya se hace en Navidad… pero con la motivación de ser generoso según las posibilidades, haciéndolo sin afán y mostrando a través de esto la generosidad de Cristo… lo cual nos puede llevar a compartir el evangelio.


 


[1] Dr. Seuss, “¡Cómo el Grinch se robó la Navidad!”


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Pastor David Salgado