Limpiando nuestro camino

Salmo 119: ¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando tu palabra

Todo cristiano tiene el deseo de ser fiel a Dios, es el deseo profundo en el corazón, sin embargo, nos damos cuenta que luchamos continuamente contra nuestro pecado, y hay momentos en los que nos hacen sentir frustrados como la ira, amargura, procrastinación etc.  ¿Cómo podemos hacer para ganar esta lucha? El salmo 119 nos dice que la manera en que podemos mantener puro nuestro camino es atesorando en nuestro corazón la palabra de Dios Vr11 En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti. 

Es decir que la forma para no pecar contra Dios es atesorando su palabra, con "Palabra" el salmista se está refiriendo a lo que ellos en ese momento tenían como revelación de parte de Dios muy probablemente La Ley, pero no dudemos que para nosotros hoy en día significa toda la Biblia completa, así que, al dar la importancia y el lugar correcto en nuestra vida a la palabra de Dios, vamos a mantenernos fieles a Dios y sentimientos como la frustración entre otros irán desapareciendo.

Cuando dice que la ha guardado en su corazón, implica que puede consultar dentro de sí lo aprendido, es decir que no se trata de llevar en la mano la biblia para momentos de crisis, sino que cuando nos sintamos tentados, nuestra conciencia que estará cautiva por la palabra nos recordará aquellos que hemos aprendido y se volverá un escudo contra el pecado. Y quiero agregar que todo esto es obra de Dios mismo por medio de su Espíritu en nosotros, pero veamos la responsabilidad que tenemos de atesorar la palabra.  Volviendo al punto del corazón, consideramos que es el lugar donde sentimos y pensamos según pasajes como Genesis 6:5. Procuremos trazar correctamente la palabra en nuestras vidas, estudiarla con tal determinación y dedicación que nos permite tener una correcta interpretación lejos de nuestros propios puntos de vista, luego procuremos memorizarla.

Así que podemos concluir diciendo que la única forma de mantenernos alejados del pecado es atesorando en nuestro corazón la palabra de Dios.