La tierra en tiempos de Noé estaba corrompida y llena de violencia (Génesis 6:11), por lo cual Dios trajo juicio por medio de una catástrofe universal destruyendo todo lo creado a través de un diluvio. Dios hace juicio, pero también muestra misericordia y gracia. Dios no solo cumplió el pacto con Noé, sino que le dio los medios para que le adorará.
Dios hace un pacto con Noé de preservar a su familia y a las especies de animales, por lo cual entró en el arca: la familia de Noe, 2 pares de animales no limpios y 7 pares de animales limpios. (Génesis 7:1-3).
Cuando Noé sale del arca después de 8 meses lo primero que hace es:
“Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar”. (Génesis. 8:20)
Ante tanta muestra de bondad y misericordia, Noé edifica el altar para hacer un sacrificio de Holocausto que tenía como propósito la consagración a Dios. Pero me gustaría que nos detengamos a pensar que los animales que Noé ofreció en sacrificio fueron los que Dios le dijo que llevaría en 7 parejas (animales limpios) para que él pudiera después adorarle, sin romper su pacto de preservar las especies.
La bondad de Dios siempre ha sido tan grande que Él ha provisto para nuestra adoración, no solo con Noe, Abraham e Isaac y tantos ejemplos más. Igual para nosotros hoy, Dios ha provisto para nuestra adoración, todas las formas en las que podemos adorar a Dios son posible solo por su provisión.
Sin Cristo, su salvación y perdón de pecados, nuestras oraciones no serían escuchadas. Sin el nuevo nacimiento no podríamos meditar, entender y obedecer su palabra; nuestras ofrendas materiales no serían agradables a Dios, no podríamos congregarnos, no podríamos ser sus discípulos. Dios no solo nos ha salvado a provisto de todo lo que necesitamos para cumplir el propósito de ser para alabanza de su gloria. ¿Estás disfrutando de la gracia de adorar a Dios con todo lo que él te ha provisto?
Mi invitación es que presentemos todo nuestro ser como sacrificio santo a Dios, que es nuestro culto racional, y nuestro Dios sea glorificado así en nuestra vida y por medio de ella.