Pablo ha dicho en Colosenses que antes estábamos vestidos con el pecado: fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. También con ira, enojo, malicia, insultos, lenguaje ofensivo de su boca y mentira. Pero ahora en Cristo, por el Espíritu, nos podemos vestir según nuestra nueva identidad y así vivir. Tal como lo dice Colosenses 3:12-17.
De esta forma, conscientes de que en Cristo han resucitado con Él teniendo nueva cosmovisión, despojándose del pecado y revistiéndose de Cristo Pablo pasa del indicativo (posición de los creyentes en Cristo) al imperativo: como los creyentes deben vivir en santidad y amor, paciencia y perdón. Unidos en el amor de Cristo, disfrutando la paz en Él con agradecimiento. Abundando en la Palabra de Dios y hablándola mutuamente. Así podrán hacer todo en el nombre del Señor y con acción de gracias.
Para lograr esto, los deseos y hábitos pecaminosos no solo deben ser rechazados sino intercambiados por las virtudes y acciones que imitan a Cristo y surgen de estar unidos a Él. Cuando nos vestimos del carácter de Cristo y sus virtudes lo que nos unirá a otros será el amor, no solo en la vida privada sino también en la familia y en la comunión de la iglesia.
Rechacemos el pecado sexual e intercambiémoslo por una vida de santidad. Rechacemos la avaricia e intercambiémosla por compasión y bondad que nos lleve a ser generosos. Rechacemos la ira, el enojo la malicia e intercambiémoslos por humildad, mansedumbre y paciencia. Rechacemos el orgullo y el rencor e intercambiémoslos, conscientes de cómo Cristo nos perdonó de nuestros pecados que eran más graves, mayores y muchos, por tolerancia y perdón hacia los demás.
Todo esto lo podemos hacer “vistiéndonos de amor que es el vínculo de la unidad” (Colosenses 3:14). El propósito del amor entre los miembros de la iglesia es la “paz" o “perfecta armonía”. La unidad entre las familias sólo se puede lograr y mantener si todas las partes se aman fervientemente. Hermanos, que lo que reine en nuestra vida y que nos lleve a amar de esa forma sea la Palabra de Dios. Que la Biblia abunde en nuestro corazón para que mostremos ese amor hablando la Biblia entre nosotros y haciendo todas las cosas en el nombre de Cristo y acción de gracias por medio de Él a Dios Padre (Colosenses 3:16-17).
Solo pueden vivir como familia cristiana cuando conscientes de su identidad en Cristo hacen morir el pecado en sus vidas y se renuevan diariamente a la imagen de Cristo.