2 Corintios 4: 16-18 Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día.17 Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, 18 al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Ante las diversas dificultades a las que nos enfrentamos en el mundo, somos impulsados a tener una mente positiva de que no nos demos por vencidos, de que lo peor que podemos hacer es tener una mala actitud y un pensamiento derrotista ante las dificultades, así que es necesario tener motivación alta, sin embargo, aunque muchos de estos consejos pudieran dar resultado, realmente no logran cambiar la mente y el corazón y al final de todo siempre se necesita llenar un vacío, un nuevo motivante cada día, una y otra vez.
Esto es así porque la mente está siendo guiada a la temporal y no a lo eterno y es precisamente a lo que nos lleva a reflexionar 2 Corintios 4. En nuestra vida de piedad nos enfrentaremos a muchas dificultades por el evangelio, pero debemos tener una mente puesta en las cosas que son eternas, nunca en las cosas que podemos ver ya que estas son temporales. Debemos fijar nuestra mirada en Jesús, el cual sufrió todo tipo de contrariedad durante su ministerio aquí en la tierra ¿acaso debería ser menor nuestro sufrimiento? así que debemos tener una mentalidad bíblica, la cual solo puede ver hacia lo eterno que es lo que realmente importa, la gloria de Dios.
Pastor Asociado a cargo del Ministerio de Alabanza