Debido al pecado todos los seres humanos estamos destinados a morir, tanto física como espiritualmente (con muerte espiritual nos referimos a estar eternamente separados de Dios). Aunque la muerte natural o física es la que enfrentaremos todos sin excepción, la muerte espiritual es de la que podemos ser rescatados, como dice Hebreos 9:27: Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio, 28 así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.
Cristo Jesús cargó con todos nuestros pecados los cuales nos ataban a la muerte eterna, ya la muerte en un hijo de Dios no es por castigo, porque el pecado ha sido borrado, sin embargo la muerte física sigue estando ahí por voluntad de Dios para testimonio a todos aquellos que no creen en Él, de lo terrible del pecado en el mundo. Así, la muerte en el creyente se convierte en la entrada a la plena salvación.
Pastor Asociado a cargo del Ministerio de Alabanza