Cuando Dios nos advierte

Proverbios 4:14-15 No entres por la vereda de los impíos, Ni vayas por el camino de los malos.15 Déjala, no pases por ella; Apártate de ella, pasa.

Me viene a la memoria cuando mi hijo Santiago tenía apenas 3 años. Tenía en su manita un lápiz y se acercó a un tomacorriente en la casa, mirándome y actuando de manera sigilosa. Su objetivo era meterlo en uno de los orificios. Todos sabemos lo que iba a pasar. Al verlo que se acercó despacito y mirándome de reojo, con una sonrisa entre dientes, le advertí: “Santiago, si metes ese lápiz te agarrará la corriente!”. Siguió caminando ya con el lápiz a la altura de su garganta dirigiéndola hacia el tomacorriente… y pasó lo que usted se imaginó desde el principio y que me dolió mucho: le agarró la electricidad. Salió llorando desesperado buscando a mamá”. Estoy seguro que aprendió la lección.

Cuando leemos este versículo podemos ver esa advertencia de parte de Dios con un sentido de urgencia, pero también con el tono amoroso de un Padre que tiene autoridad. A la persona a la que Dios se está dirigiendo en este versículo, está apunto de enredarse con un grupo de gente a la que llama: impíos, en otras versiones les dice perversos.

Le advierte que no entre ni valla por la vereda ni por el camino en donde están los malos, en otras palabras: Que no den dirección a su vida, que no sean ellos quienes le den órdenes y qué hacer.

Si observamos, podemos ver como Dios nos quiere guiar y advertirnos y leo el texto como que me estuviera gritando el Señor: ¡EVITA ESE CAMINO! ¡NO PASES POR ÉL! ¡ALÉJATE!

Es un mandato que nos guía, guarda y advierte. Nos está alejando de las sendas de los perversos y malvados y de sus caminos, pero lo hace con un clamor y sentido de emergencia. Que bueno es Dios, que en su palabra encontramos esa advertencia de amor a que no pongamos nuestros ojos en el mundo. Muchas veces caemos en tantos pecados por no escuchar el consejo del Señor, por nuestro propio orgullo, no nos gusta que se nos dirija, que se nos guíe y advierta.

Encontramos una advertencia parecida en 1 Juan 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo…

¿Qué está haciendo usted en su vida que Dios le viene advirtiendo? ¿En qué cosas usted se está involucrando que el Señor le viene advirtiendo por medio de su palabra que las deje, que renuncie a ellas? Como dice el texto “Apártate de ella, pasa”.

Vuelva una vez más su mirada a la cruz, mire allí murió el justo por nosotros los injustos, impíos, perversos, eso éramos antes, para que vivamos hoy para Él y para su gloria. Arrepiéntase de lo que viene haciendo y pida perdón, que nuestro Señor es lleno de gracia, misericordia y bondad para perdonarnos.