Para muchos cristianos servir a Dios se vuelve difícil. No es porque no tengan tiempo, tampoco es porque no tienen capacidades y talentos especiales para hacerlo. Sino porque están tan inmersos en la cultura que los rodea que están sirviendo a los ídolos de la cultura que los rodean.
Génesis fue escrito para el pueblo de Israel al salir de Egipto, ellos habían pasado 400 años allí, estaban acostumbrados a sus costumbres, cultura y con miedo a los falsos dioses que los egipcios adoraban. Dios quería que ellos cambiaran su cosmovisión y supieran que Su Dios es el único y verdadero Dios, el rey soberano, quien al principio creo Su buen reino. De esta forma ellos podrían vivir para adorarle y servirle. (Éxodo 7:16 y 9:13).
Génesis 1:1: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra.” Diez veces Génesis 1 repite la frase: “Dios dijo; Dios dijo; Dios dijo." Diez es el número de plenitud. ¿Cómo habrían escuchado los israelitas el mensaje de que Dios habló diez palabras al crear este mundo? Sin duda, les habrían recordado las diez palabras del pacto de Dios en el monte Sinaí, el decálogo. En diez palabras, Éxodo 20 establece la ley de Dios para Israel para hacer pacto con Su pueblo y que ellos vivan para Él. En diez palabras, Génesis 1 establece la ley de Dios para su creación y que la creación exista para gloria de Él.
En la antigüedad los reyes eran la ley de un país. Ellos estaban acostumbrados, por 400 años, a saber que había alguien en el trono… alguien poderoso que representaba dioses poderosos. Cuando faraón pronunciaba un decreto desde el trono se debía cumplir y hacer; Pero aquí, en Génesis 1, Dios es retratado como el Rey del Universo. Esto implica por los menos dos cosas:
1. Primero, que Dios es el dueño del universo. Y, si Él es dueño de todo el universo es también tu dueño.
2. Segundo, que Dios es la ley del universo. Nada en la tierra sucede sin su voluntad. Quiere decir que todo lo que eres, puedes, conoces, tienes, has vivido y experimentado es porque tu Dios soberano, tu dueño, así lo ha querido.
Dios, el Creador, hizo todas las cosas de la nada por el poder de Su Palabra y que Él como soberano del universo, lo hizo para su honor y gloria. Dios creó todas las cosas y fuerón hechas para servirle. La creación no existe independientemente de Dios, sino que depende continuamente de Él para su existencia y sustento.
El apóstol Juan inicia el evangelio que escribió con varias frases que nos hacen pensar en Génesis capítulo 1. En Juan 1:1-5 se identifica a Jesucristo como la Palabra de Dios por medio de quien fueron hechas todas las cosas. Cristo estaba allí al principio. Él es uno con el soberano Dios Creado. Pablo dice acerca de Jesucristo en Colosenses 1: 15-17: Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.16 Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. 17 Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen.
En Jesús, fueron creadas, y "en él todas las cosas subsisten". Él es Señor de la creación. Él es nuestro Señor (dueño). Dice el apóstol Juan que “La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14) para esto Él "se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo" (Filipenses 2: 7).
El Creador se hizo como sus criaturas, el Dueño de todo se hizo esclavo… Así la Palabra de Dios que creó todas las cosas, que te creó e hizo a ti, también redime todas las cosas Jesús es tu Rey Creador y Redentor. ¡Por lo tanto adora y sirve a tu Rey!