Se acercan las elecciones en nuestro país, y una vez más podemos ver que hay una lucha fuerte por parte de los partidos políticos de mostrar a su mejor candidato. No vamos a negar que parte de sus estrategias y discursos son las promesas que se hacen para alcanzar a la mayor cantidad de personas y estas voten por ellos. En lo personal como cristiano he visto como algunos candidatos junto con estas “promesas”, mencionan creer en Dios, hablan con un “cliché evangélico religioso” y hasta escriben textos bíblicos en sus redes sociales, según ellos los textos les están “hablando” y dando la oportunidad de “ganar, que son escogidos, que se esfuercen, que sean valientes, etc.”, y así presentarse como los “salvadores” y “restauradores” del país.
¿El resultado? La manipulación. El peligro de manipular la Palabra de Dios a favor de la política es grave para la iglesia actualmente y es que la política trata de sustituir a aquel que es el centro de la Biblia por un candidato, partido político y por supuesto por ideologías y doctrinas. Una vez más estos personajes e instituciones, llegan a presentarse sutilmente como los redentores y tergiversarán las escrituras a su antojo a favor de sus ideales y agendas.
La pregunta es ¿Quién les dio dicha autoridad? La respuesta no es muy difícil, lamentablemente de cierta manera han sido los mismos pastores y líderes que le han otorgado dicha “autoridad” al poner totalmente su confianza y creencia en ellos, abrazando sus promesas e ideologías más no en Jesucristo y en la autoridad de su palabra. Después la cadena continua con los miembros de estas iglesias llegando a creer que estas figuras políticas son “los elegidos por el Señor”; pero no es así, esto ha sido construido en sus mentes en base a sus propios deseos y concupiscencias, no es el Señor y Dios de la Biblia.
Una cosa hay que dejar en claro, que la iglesia si debe de estar atento a lo que sucede en estos ámbitos y filtrar todo con las verdades de la escritura para no ser engañados y manipulados. Debemos de entender que la Biblia no necesita de la política pues es la única fuente de autoridad para la iglesia, sino que la política necesita ser guiada y exhortada por las Santas Escrituras, por lo tanto, creo firmemente que a muchos cristianos se les ha olvidado que son, cuál es su propósito, a quien apunta y quien es la persona a quien glorifica
¿Pero, porque sucede todo esto? Estoy seguro que existen varias respuestas, en lo personal creo en una firmemente que es la más relevante y como lo mencione en el párrafo anterior, es El desconocimiento de Dios, la falta de conocimiento del propósito divino de las Santas Escrituras. La Biblia dice en Lucas 24:27 “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”, y en otro texto dice: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;” (Juan 5:39). Y dice en Juan 5:37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto. Por lo tanto: Las Santas Escrituras son: El testimonio santo del Padre a cerca de la obra redentora del Hijo que va desde Genesis hasta Apocalipsis en donde es exaltada su Deidad, preeminencia, y la superioridad sobre todas las cosas y personas para gloria y alabanza de su nombre. Si tenemos tal conocimiento cualquiera que quiera manipular las Santas Escrituras a favor de la política, u otra cosa no moverá ni una fibra de nuestras convicciones y caminaremos como iglesia seguros del evangelio, de su voluntad esperando su segunda venida, y de su provisión; provisión que ya ha sido dada, que es perfecta Jesucristo nuestro redentor. Es necesario que nos detengamos un momento y meditemos, examinemos nuestros corazones como cristianos, en donde o quien estamos poniendo nuestra esperanza y confianza en estos tiempos de elecciones.
Pastor Asociado a cargo del Departamento de Comunicaciones