La mentira de un falso gozo

Viva con gozo hermano, hay razones para hacerlo. El gozo no es lo mismo que estar alegre por “algo” y así vivir con alegría. La alegría es momentánea y le puede dar muchas cosas de este mundo, pero cuando “la cosa” o la causa “de”, también se termina, junto con ella va esa “alegría y gozo”. Esa es la manera que vive el incrédulo, para él su alegría tiene un final cuando lo que la produce se termina. Hermano, este mundo enseña de un “gozo y felicidad”, pero estas son ficticias. Enseña a que debes y puedes vivir así y que no importa el precio que debes de pagar si quieres alcanzar ese espejismo llamado “felicidad” de la manera que este mundo quiere. También el mundo quiere enseñarle a que se compare con aquellos que están viviendo esa misma ilusión, todo para que usted este en el afán de luchar por vivir en ese gozo como o mejor que ellos. 

Este mundo empuja a los que están a nuestro alrededor a que lo midan por quien es usted y por lo que tiene, por sus logros adquiridos y metas alcanzadas, a que lo admiren, que lo sigan en las redes sociales y que le den muchos “likes”, porque sabe que eso le dará gozo y felicidad a su vida. Así es este mundo, le promete darle un tipo de gozo que es fuera de Dios.  

Como lo mencionamos este tipo de “gozo” es una mentira, pero este mundo intenta de muchas maneras desviarnos del camino del Señor y que busquemos la felicidad y el gozo fuera de Dios, pero eso no es así, porque el gozo que experimenta el cristiano es diferente al “gozo” momentáneo del incrédulo. El gozo es un fruto del Espíritu Santo exclusivo para sus hijos, el apóstol Pablo dice en Gálatas 5:22 “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe..”, ese gozo que el cristiano como usted y yo vivimos, es el poder conocer al Señor, el saber que ya no soy culpable de pecado y que el Señor Jesucristo pago mi culpa en la cruz y el poder disfrutar del gozo de mi salvación.  

Hermano, muchos de nosotros como cristianos probablemente no vivimos ni vamos a vivir en lujos, comodidad, placeres, como los incrédulos, es más viviremos con muchas aflicciones, pero nuestro gozo no se basa ni radicará en esas cosas, sino el haber conocido al Señor y experimentado su gracia y misericordia. 1 Pedro 1:8 Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso.