A lo largo de la historia de la iglesia han sido muchos los que, en medio de sufrimientos y persecuciones, para sobrevivir o simplemente para evitar sufrir, han dejado atrás su fe en el Señor. Afirman que un Dios soberano no puede permitir tanta atrocidad, entonces se van de las iglesias, abandonan su fe y empiezan a vivir como el mundo. Esto le sucedió a Israel cuando fueron sitiados por Babilonia (Dan 1:1).
Fue fácil para ellos perder su fe en Dios cuando fueron invadidos por babilonia y el pueblo fue arrastrado al exilio. Destruyeron los muros de Jerusalén e incendiaron el santo templo de Dios hasta los cimientos ¿Dónde estaba Dios? El libro de Daniel se dirige a los exiliados que están dudando de Dios, para enseñarles cómo sobrevivir en el exilio, y la primera historia que el libro narra enseña cómo el Señor soberano, que guió a los cuatro jóvenes hebreos fieles a posiciones de poder en Babilonia, guiará a su pueblo fiel incluso en el exilio ¿Cómo sobrevivirás a las pruebas de fe y al sufrimiento este año? Solo podrás sobrevivir a las pruebas de fe confiando que el Señor soberano guía a los que son fieles a Él y obedientes a Su Palabra.
Daniel 1:2: El Señor entregó en sus manos a Joacim, rey de Judá, así como algunos de los utensilios de la casa de Dios. Estos se los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios, colocando los utensilios en la casa del tesoro de su dios. Cuando el autor menciona "la tierra de Sinar" nos recuerda la torre de Babel. Babilonia siempre se ha opuesto a Dios y a Su reino, de igual forma el mundo caído siempre se opone a Dios. Junto a esto, el pasaje también nos dice que“el Señor entregó a Joacim, rey de Judá a Nabucodonosor. Esto nos enseña que el Señor de Israel es el Dios soberano que posee y controla todas las cosas.
Estamos en un mundo caído en el cual sufriremos y seremos probados, pero vivamos la prueba conscientes de que Jesucristo es nuestro Dios soberano, creador y sustentador de toda la creación (Colosenses 1:16), quien venció al mundo (Juan 16:33) y nos ha dado la fe para que nosotros podamos vencer en Él, como dice 1Juan 5:4-5: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. 5 ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”