Prosigamos a la meta

Hebreos 12:1 Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

Con que facilidad muchas veces nuestro pecado nos envuelve hasta el punto de alejar nuestra mirada de Dios desviándola completamente. Este pasaje nos trata de dar animo es nuestro caminar cristiano para continuar firmes a nuestra meta; lo primero que menciona es "puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos", esto se refiere a todos aquellos hombres y mujeres de fe que desde siglos atrás han corrido con fe la carrera, el autor de Hebreos tiene en  mente a Abel, Enoc, Noe, Abraham, Sara (Heb. 11) y para nosotros hoy podríamos agregar a los apóstoles y todos aquellos en el Nuevo Testamento que han sufrido por el evangelio y se han mantenido firmes en la fe. Todas estas personas ahora son testimonio para nosotros a través de las escrituras de cómo se debe proseguir a la meta aun si las circunstancias a las que nos enfrentamos sean difíciles. 

Y aunque tenemos en derredor nuestro a todos estos testigos que nos alientan continuamente a seguir adelante, hay alguien infinitamente superior y de quien depende el éxito de nuestra carrera, Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Debemos fijar nuestra mirada en Jesús quién al igual que todos estos hombres de fe pero en perfección, soporto toda clase de sufrimientos y se mantuvo firme sin desviar su mirada en ningún momento de la gloria de Dios que le esperaba, se subió a la cruz en lugar nuestro murió y resucito para que por medio de El obtengamos salvación y así poder correr y terminar con éxito la carrera de la fe. 

Despojémonos de toda carga pesada y del pecado por medio de permanecer en el evangelio, no dejemos que las circunstancias nos hagan dudar de la suficiencia de la obra de Cristo en nosotros, de dudar que nos ha dado todo lo necesario para la vida de piedad, si hemos llegado hasta donde estamos ha sido por la gracia de Dios y Él mismo para que lleguemos a la meta.