El tema de la eternidad es un tema que todo creyente ha escuchado y hablado con algún otro creyente ocasionalmente, sin duda es un tema de suma importancia en la palabra de Dios, pero que por el pecado en nosotros parece ser un tema que no es tan trascendental, un tema en el cual basta con saber que se entrará al cielo y se desliga de la vida de piedad, de manera que no se deja que esta gran verdad impregne las acciones y decisiones diarias.
Constantemente las escrituras exhortan a poner la mirada en las cosas que no se ven 2 Corintios 4:18 al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. Una de las razones que podemos apreciar es que las cosas que no se ven refiriendo al cielo juntamente con Cristo Jesús, es eterno. Considero que debemos procurar las cosas que son eternas y no desvivirnos por cosas que son temporales, y que no solamente se acaban, sino que realmente lo único que hacen en nosotros es alejarnos de Dios. Todo creyente quiere un día entrar en gloria eterna con Dios, pero una parte vital en la vida de piedad es tener siempre nuestra mirada en las cosas que no se ven.
¿Pero por qué debe importarnos la eternidad?
Cuando tenemos nuestra mirada en la eternidad hace que nos alineemos a la realidad de la guerra espiritual en la cual nos encontramos, ya que mientras más consientes somos de que un día entraremos en gloria con Cristo, procuraremos serle fiel buscando hacer todo con el propósito de agradarle y evitar todo aquello que estorbe en este propósito, Hebreos 12 habla acerca de esto.
Otro beneficio es que nos hace encontrar gozo en medio del sufrimiento, ya que mientras más alimentemos nuestra fe en esta verdad, sabemos que no hay nada en esta tierra que se compare con la gloria eterna, dice Apocalipsis 21:4 Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Llegará un día en el cual Dios quitará todo lo que nos estorbe para glorificarle a Él, nuestra adoración será perfecta.
Por último, mientras más conscientes seamos de la eternidad, buscaremos santificarnos 1 Juan 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es. 3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro. Todos guardamos la esperanza que Cristo vendrá por segunda vez, de manera que buscamos santificarnos para presentarnos delante de El cómo dignos de nuestra salvación. Y no es que dependa de nosotros la salvación, pero sin duda cuando tenemos nuestra mirada puesta en la eternidad buscamos ser santo como nuestro salvador es Santo.
Pastor Asociado a cargo del Ministerio de Alabanza